El Reiki es una disciplica de origen japonés que consiste en la transmisión de “Qi” o fuerza vital a través de imposición de manos.
En su vertiente terapéutica se utiliza, con excelentes resultados, para reforzar el cuerpo después o durante una enfermedad grave.
De esta manera, se trata de una disciplina que ayuda a mejorar la salud, relaja y profundiza en la práctica espiritual. Es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se clasifica como una terapia de energía curativa por el Centro Nacional para la Medicina Complementaria y Alternativa (NCCAM).
El Reiki se emplea habitualmente para tratar multitud de desequilibrios de la salud. Por eso es eficaz en el alivio de estados de ansiedad, depresivos o de estrés. Recibir una o varias sesiones de reiki agiliza los procesos de recuperación del propio cuerpo y sirve de acompañamiento en momentos difíciles.
La terapia Reiki está pensada y empleada para servir de apoyo energético, físico y emocional en todo tipo de procesos difíciles, ayudando a integrar y comprender estas situaciones.