¿Qué son las ondas de choque?

Las ondas de choque son ondas acústicas de alta energía que pueden generarse de distintas formas tecnológicas diferenciadas por su generador focal o generador radial.

Actualmente, son ampliamente utilizadas en la medicina regeneradora, en la rehabilitación musculo-esquelética para tratar la inflamación, la calcificación, los procesos condrales y para el alivio del dolor. También están siendo ampliamente utilizadas en el tratamiento desintegrador de los cálculos renales y pancreáticos. Es ya, por tanto, un procedimiento terapéutico habitual de primera opción, sobre todo en fisioterapia, ortopedia y medicina deportiva. Aunque los campos de la estética y la dermatología la utilizan cada vez con mayor auge, éxito terapéutico y frecuencia.
Las ondas de choque con fines terapéuticos son unas ondas de presión que se generan de forma rápida con una fase de presión positiva seguido de una fase de presión negativa con suficiente fuerza tensil para provocar cavitación en un fluido. Este curioso fenómeno físico se produce en entorno natural cuando cae un rayo y el subsiguiente trueno es una onda de choque.

Tipos de ondas de choque

Existen dos tipos de ondas de choque (Radial y Focal), esto es relevante tanto para el protocolo de tratamiento como para su aplicación según el tipo de lesión.

Ondas de Choque Focales

Actúan a nivel celular dirigiendo las ondas hacia un solo punto de acción (volumen terapéutico), producen baja dispersión de la energía, permite seleccionar la profundidad de acción en los tejidos y son ondas de choque que duelen algo más al inicio de la aplicación. La correcta aplicación de ondas de choque requiere de formación.

Tipos de generadores de tecnología focal:

    • Electrohidráulico: funcionan mediante una bujía eléctrica contenida en un medio acuoso, por la cual, al pasar una corriente eléctrica de alto voltaje genera una burbuja de plasma que se expande de manera esférica. Esta rápida expansión genera una onda de choque.
    • Piezoeléctrico: consistente en producir tensión mecánica sobre cristales que adquieren dicha tensión mediante diferencial de potencial de polaridad eléctrica.

Electromagnético: utiliza una bobina eléctrica para generar dos campos magnéticos de distinta polaridad, encima de la bobina hay una membrana de metal que es empujada por dicho campo magnético generando así una onda de choque.

Ondas de Choque Radiales

Se desarrollaron a partir de 1999 por parte de su inventor Electro Medical Systems EMS.

Son ondas generadas neumáticamente que se aplican sobre tejidos blandos de manera superficial con una máxima penetración de 40mm. en cualquier sistema radial del mercado.

Sus aplicaciones son variadas como, por ejemplo, en las tendinosis o tendinitis tanto si esta calcificada o no, tendinopatía de hombro, rodilla o codo; en la bursitis trocantérea, en el síndrome de la fricción de la cintilla iliotibial o puntos gatillo. Esta técnica no es invasiva, muy segura, menos dolorosa y se puede realizar a nivel ambulatorio.

El equipo de ondas de choque radial que se precie está compuesto de un compresor externo de aire, una sonda radial libremente móvil que se pone en contacto con la piel mediante un gel conductor y un panel de control donde se puede cambiar la intensidad, frecuencia y número de impulsos a realizar por paciente.

¿Cómo actúan las Ondas de Choque?

Los efectos fisiológicos de la terapia de ondas de choque y su forma de acción son los siguientes: causar microscópicos efectos biológicos intersticiales y extracelulares que producen una mecanotrasducción que fomenta la regeneración de tejidos. A partir de este efecto general fisiológico se producen los siguientes efectos:

Efectos analgésicos: por destrucción de terminaciones nerviosas no melianizadas, por inhibición medular e inhibición de terminaciones nerviosas por liberación de endorfinas como por saturación de factor P.

Efectos antiinflamatorios: por degradación de los mediadores de la inflamación por hipertermia inducida.

Aumento temporal de la vascularización: por parálisis simpática inducida por las ondas de choque.

Activación de la angiogénesis o formación de nuevos vasos sanguíneos: por la rotura intraendotelial de los capilares con migración de las células endoteliales al espacio intersticial y activación del factor angiogénico.

Fragmentación de los depósitos cálcicos: este se produce por el propio efecto mecánico de las ondas sobre los depósitos cálcicos mediante fuerzas tensiles dinámicas en el propio estrato cálcico.

Neo-osteogénesis en procesos de pseudoartrosis y retardos de consolidación: el efecto fisiológico, en este caso, se produce por la estimulación osteogénica (osteonectina) por micronización osteogénica.

Por otro lado, las indicaciones específicas de la terapia de ondas de choque dependerán del tipo de tratamiento ya que pueden usarse en rehabilitación de lesiones, en urología, en dermatología y en estética.

A continuación, se enumeran distintas lesiones donde se recomienda la terapia de ondas de choque:

Epicondilitis y epicondilalgias: es una patología caracterizada por dolor en la cara externa del codo, sobre el epicóndilo (prominencia ósea más externa del codo), como resultado de una tensión mantenida o por sobreesfuerzos repetidos.
Tendinitis y tendinopatías crónicas: la tendinopatía crónica designa una inflamación de los tendones que perdura en el tiempo.
Tendinopatías calcificantes: es una patología común en el hombro y produce dolor.
Entesitis aquílea: que es la tendinitis del tendón de Aquiles.
Fascitis plantar y espolón calcáneo. Las ondas de choque son un tipo de tratamiento muy adecuado para tratar fascitis plantares u otro tipo de patologías de tipo inflamatorias como las tendinitis.
Pseudoartrosis y retardos de consolidación de las fracturas; en general, es aceptado que si la consolidación no es efectiva en 6-8 meses, estamos frente a una pseudoartrosis.
Fibrosis muscular postraumática: se llama así a la sustitución del tejido muscular por tejido fibroso o acumulación de fibras de colágeno tras un traumatismo.
Osteocondritis y necrosis avascular: la primera es la pérdida de vitalidad de un hueso y la segunda es una enfermedad resultado de la pérdida temporal o permanente de la entrada de sangre en los huesos.
Acciones sobre el tendón.
Respuesta mitogénica y morfogénica: es decir, que favorecerá la mitosis celular y, por tanto, la regeneración tisular. Por otro lado, aumenta la formación de hueso, cartílago o tejido conjuntivo nuevo.
Aumento de tenocitos​ por lo que los tendones se irán regenerando.
Aumento en la expresión a tgfJ1 y igf-1. Factores de crecimiento insulínico 1.
Promueve la neovascularización: por lo que se generarán vasos sanguíneos nuevos y la zona estará revascularizada.

Por supuesto, tiene algunos efectos secundarios, aunque en general, es bien tolerada y presenta muy buenos resultados a largo plazo.

Los posibles efectos adversos se resumen en: hematomas subcutáneos, petequias, eritema. Por este motivo, las personas que tomen anticoagulantes no deben recibir este tipo de terapia.

Por otro lado, hay algunos estados físicos o enfermedades donde NO se recomienda la terapia por ondas de choque, como son: los procesos inflamatorios e infecciosos agudos, procesos hemorrágicos y tratamientos anticoagulantes, polineuropatías, neoplasias, enfermedades reumáticas sistémicas, fisis de crecimiento de los niños (cartílago de crecimiento) y zonas con gases como los pulmones.

Ondas de choque para fisioterapia

El amplio campo de aplicación de técnicas fisioterapéuticas se ha beneficiado en gran medida de los avances en las técnicas de terapia de ondas de choque. Gracias a ello, es posible multiplicar el efecto curativo en casos de contracturas, dolores musculares y daños en los ligamentos.

En un principio, las ondas provocan una erosión mecánica que provoca una mecanotrasducción en los tejidos que se revierte en un efecto biológico beneficioso para el tejido tratado. Las ondas de choque regeneran los tejidos tratados, con el consiguiente alivio de dolores, mejora del estado general y reducción del riesgo de lesiones futuras.

Terapia sin dolor

Las ondas de choque permiten restaurar la condición patológica mediante un proceso en el que la aplicación de la técnica no es dolorosa. Las cirugías, que tradicionalmente han sido las técnicas más invasivas y utilizadas para recuperar lesiones musculares u osteoarticulares, son procedimientos doloroso que requieren de anestesia y recuperación con ingreso hospitalario.

Por tanto, las nuevas terapias buscan aliviar el dolor, acortar el tiempo de recuperación y recuperar la funcionalidad completa de las lesiones. La terapia de ondas de choque, cuyo efecto analgésico es inmediato tras la aplicación de unos 400 pulsos, ayuda a reducir la sensibilidad y el dolor. Sin embargo, a las pocas horas puede reaparecer ya que esta es una terapia progresiva.

¿Las ondas de choque duelen? La terapia de ondas de choque es segura, nada agresiva y en la mayoría de las personas proporciona una recuperación progresiva de la lesión. El dolor al inicio del tratamiento es totalmente soportable y por su efecto analgésico este dolor va remitiendo ya en la primera sesión, a medida que se aplica el tratamiento. Siempre y cuando hablemos de las ondas de choque de presión radial que, como se indicaba anteriormente, son menos invasivas que las focales y su acción es más suave sobre los tejidos.

 

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